Inversión sostenible

Más de 700 millones de personas (10 % de la población mundial) aún vive hoy en situación de extrema pobreza, con dificultades para cubrir las necesidades más básicas. 

Este objetivo contempla aspectos como poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas a una alimentación sana, acabar con la malnutrición, asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos o acabar con el despilfarro de comida.

El ODS 3 se enfrenta a numerosos retos, como reducir en 2030 la tasa mundial de mortalidad materna o poner fin a las muertes evitables de recién nacidos y de niños menores de 5 años.

La educación es uno de los pilares del progreso.  Según datos de la UNESCO, 244 millones de niños y jóvenes de entre 6 y 18 años no fueron a la escuela en 2021. Los profundos cambios que se están produciendo en la sociedad impulsan a que las metodologías, las materias y los canales de enseñanza tengan que adaptarse.

Acabar con la discriminación sobre las mujeres y avanzar hacia la igualdad entre los géneros es uno de los derechos que la ONU persigue y aún hay mucho que hacer: según el informe elaborado por WTW, en el momento de la jubilación las mujeres acumulan (a nivel global) tan solo el 74% de la riqueza que suman los hombres (el Índice de Equidad de Riqueza es el que mide esa brecha).

Sin agua no habría vida y, sin embargo, no siempre le damos la importancia que se merece.

Si no hacemos nada para evitarlo, la brecha entre oferta y demanda de agua seguirá abriéndose, pudiendo llegar a alcanzar el 40% para el año 2030. Además del impacto humano, el Banco Mundial prevé que la repercusión en el PIB de algunos países podría llegar al 6% para 2050.

Algunas fuentes de energía son finitas, por lo que  hay que buscar alternativas antes de que se agoten. Otras, en cambio,  son dañinas para el medio ambiente. Existe, además, una evidente desigualdad en el acceso a las distintas fuentes de energía contra la que hay que luchar.

Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), este objetivo engloba distintos temas prioritarios, como el empleo pleno y productivo, la desigualdad salarial por razón de sexo, el desempleo entre los jóvenes, los trabajadores migratorios o la eliminación de cualquier manifestación de trabajo infantil, entre otros.

Son muchas las metas que se marcan es este ODS 9, como conseguir de aquí al 2030 una modernización de las infraestructuras y reconvertir las industrias para que sean sostenibles, utilizando los recursos con mayor eficacia y promoviendo la adopción de tecnologías y procesos industriales limpios y ambientalmente racionales.

Varios son los retos: lograr progresivamente que crezcan los ingresos del 40% más pobre de la población; promover la inclusión social, económica y política de todas las personas; asegurar una mayor representación e intervención de los países en desarrollo en las decisiones adoptadas por las instituciones económicas y financieras internacionales y facilitar la migración y la movilidad ordenadas, seguras y responsables.

Las ciudades crecen. Cambian. Y se enfrentan al reto de tener que dar soluciones al crecimiento demográfico y a la vez reducir el impacto medioambiental.

Para 2030 se espera que  más del 60% de la población mundial viva en ciudades. Si tenemos en cuenta que las ciudades son responsables del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero globales, nos hacemos una idea del impacto que tendrá el incremento de urbanización. 

El consumo responsable tiene en cuenta criterios sociales y medioambientales, intentado que las compras tengan el menor impacto posible en el medioambiente.

Busca ser consciente (luchar contra las presiones publicitarias y las modas), sostenible (respetuoso con el medio ambiente, limitando la generación de residuos), solidario (justicia con los productores, velando por las generaciones del mañana), ético (rechaza la explotación laboral). 

Los efectos del cambio climático nos afectan a todos, a nuestra generación y a las que están por venir. Solo por dar un dato: se estima que por cada grado que aumenta la temperatura, la producción de cereales se reduce un 5% aproximadamente. Esto ya ha impactado negativamente en la producción de algunas materias primas claves en la alimentación mundial.

Los océanos son indispensables para que nuestro planeta sea habitable. De los océanos depende la obtención de agua que puede ser tratada para consumo humano, el clima, el oxígeno que respiramos y una parte importante de nuestros alimentos.

Los ecosistemas terrestres (bosques, montañas…) son esenciales para la vida: proporcionan alimentos y madera, regulan la temperatura, contribuyen a la limpieza del aire, son la morada de infinidad de especies animales, acogen algunas de nuestras actividades de ocio... Y la realidad es que están en peligro, por la acción del hombre y las consecuencias del cambio climático. 

El ODS 16 de las Naciones Unidas no solo habla de paz, sino de protección de la justicia y de la necesidad de contar con unas instituciones sólidas que la hagan posible.

La corrupción, el soborno, el robo y la evasión impositiva son, sin duda, algunas de las lacras que ponen freno al desarrollo sostenible de la sociedad.